Fuerte Concepción

Es increible ver el poco apego que podemos llegar a tener por nuestro patrimonio. Hace tiempo, visité cerca de Ciudad Rodrigo un pueblecito que se llama Aldea del Obispo, encontramos un centro de interpretación de un fuerte construido a las afueras del pueblo en dirección a la frontera con Portugal, el fuerte en cuestión se conoce como Fuerte Concepción, el centro era pequeño pero interesante, mucho más, cuando la persona que estaba encargada de enseñarlo mostraba un entusiasmo contagioso y un conocimiento del lugar que invitaba a interesarse por la historia de aquel desconocido paraje. No voy a entrar en demasiados detalles históricos, únicamente decir que la construcción se comenzó en torno a 1660 y que su responsable fue el Duque de Osuna, sufrió varios intentos de destrucción y otros avatares. Posteriormente en la Guerra de Independencia tuvo bastante protagonismo, terminando su «primera vida útil» al ser destruida por los ingleses (nuestros eventuales aliados en esa guerra) toda la parte defensiva del costado occidental (el que da al lado portugués) quedando por tanto sin ningún valor en caso de necesidad para defenderse de nuestros vecinos. Su «segunda vida útil» llegó en la época de las desamortizaciones, convirtiendo el fuerte en cantera y perdiendo parte de sus muros entre otras cosas, finalmente no debió ser muy rentable porque todavía quedó hasta nuestros días un buen montón de piedras.

Volviendo a nuestra visita,  al terminar en el centro de interpretación, el amable guía nos indicó como podiamos visitar el lugar, eso sí, teniendo en cuenta que estaba en una finca privada y que por lo visto no debiamos hacer demasiado … «ruido» con nuestra presencia, no se si me explico. Lo que encontramos al llegar al Fuerte no eran un montón de piedras, era algo realmente espectacular y no solo por el tamaño y a pesar de los años de abandono y saqueo el todavía buen estado de las construcciones, las vistas que desde allí se tienen dan una idea del por qué de la ubicación, poder pasear entre estos muros con la tranquilidad que le daba el ser un lugar abandonado, apartado y poco conocido fue seguramente la mejor experiencia de todo el viaje que realizamos a esta zona. El guía también nos comentó que el dueño de la parcela estaba estudiando acondicionarlo para que pudiera visitarse. Finalmente se ve que lo a pensado mejor y lo ha convertido en hotel…