Vencedores morales o el legado de la Segunda República

El 14 de abril se conmemora el 83 aniversario de la Segunda República Española. No es una fecha redonda, pero siempre viene bien recordar el legado de este período tan breve de nuestra Historia que a la larga ha tenido una trascendencia insospechada unas décadas atrás. Recuerdo que cuando era niño, ls libros de Historia dedicaban unas pocas líneas a la Segunda República.

Era algo que apenas tenía presencia, y siempre se vinculaba con la Guerra Civil. En la mayoría de nuestras casas, era un tema desconocido, algo de lo que no se hablaba. A fin de cuentas, razones no les faltaban: nuestros abuelos y abuelas tenían metido el miedo en el cuerpo de la Guerra Civil y de su cruel represión y postguerra, por lo que interiorizaron como mantra la sentencia «oír, ver y callar», junto a la también recurrente «no te metas en política». Nuestros padres y madres, nacidos poco después de la Guerra Civil, fueron socializados en el franquismo y en esa precaución de sus progenitores. Tenían las heridas, tremendas por otra parte, muy recientes.

Nuestras generaciones, que ya formábamos parte de la Democracia, sabíamos poco de la Segunda República. Incluso también pesaba el estigma negativo de más de cuatro décadas de destrucción de su legado: aquello era un desastre, desembocó en lo que desembocó, se mataban curas y se quemaban iglesias día sí y día no …el fin vamos.

Pero, la Segunda República se coló en parte de aquellas generaciones. Comenzamos a leer historiadores que nos contaban otra vesión, también a acercarnos a muchos de aquellos escritores que tuvieron que exiliarse o que fueron represaliados, el cine y los documentales ayudaron mucho a poner en valor los ideales republicanos. Y, aquella bandera que  nos parecía tan lejana comenzó a hacerse cotidiana en el imaginario colectivo por lo que encarnaba.

La Segunda República cometió muchos errores y fallos. También fue hija de su contexto, un período violento y de extremos. La Guerra Civil llegaría tarde y temprano, las fichas estaban en el tablero. Pero, de lo que no cabe duda, es que la Segunda República fue un intento de modernizar el país y de avanzar en una serie de direcciones que parecían imposibles pero que eran necesarias.

La reforma agraria, la laicidad del Estado, la cuestión del Ejército, el reconocimiento de la pluralidad de España y, especialmente, el valor otorgado a la Educación, uno de sus legados más importantes y que más trascendencia ha obtenido con el tiempo. Fue un intento sin precedentes de superar el analfabetismo y de acercar la Educación al conjunto de la sociedad. Pero no fue posible. Los maestros y maestras estaban de los primeros en la lista en ser asesiandos, represaliados y perseguidos. Ya sabían bien dónde apuntar los sublevados…

Sergio Andrés Cabello       09.04.2014  Rioja2.com

Esta entrada fue publicada en memoria y etiquetada , , , , . Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario